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Digo

escritos de Paula

Un proceso creativo no suele ser un plan mayor.

Es más un plan menor,

como un camino al

descamino.

Confiar en la voz propia

sabiéndonos parte de un todo.

Muchas veces me costó apartar

mis remilgos, confiar en el silencio

que resulta ser la maravillosa pista

del despegue. 

Cómo la línea  de mi trazo empezó con la necesidad de representación figurativa para  luego migrar a su propio ser, ser en sí misma.

Un ser migrante

Un movimiento interno

 

Por donde he pasado, por cada detención , zancada, inmersión y espera que transité tome y dejé  algo de mí. 

Esa sucesión de puntos vitales ha armado mi camino.

Soy todo aquello que dejó en mí  su huella.

Por donde he migrado, por cada detención, paso, inmersión y espera que transite tomé y dejé algo de mí. 

Esa sucesión de puntos vitales ha armando mi camino. Soy todo aquello que dejó como huella

Si todas nuestras curvas se abrazaran, dibujarían el infinito. 

La pasión, mi querido, hace gala en varios vestidos..

Desde siempre de siempre dibujo la figura humana, a veces también  dibujaba caballos.

Pero representar el cuerpo humano era LA pregunta.

LA cosa. 

 

Dibujo como mi cabello, nunca quedó bien con un peinado recto.

 

No dibujo por accidente, lo hago porque sí

Detrás de uno hay miles.

Lo hago caóticamente,  no hay horas,  días , sí.

El papel como nave de poética nos transporta a bordo para ir adentrándonos en la creación como medio y fin.

Embarcados y ya en sutil acompasamiento hallamos la colección de historias rescatadas, homenajes atesorados y decires propios en la obra de Sergio Artola. El artista  nos ofrece múltiples guiños de historias y prácticas recientes en exquisitos trabajos que hacen a un acervo folclórico que el espectador descubre como propio. Seguimos el abordaje de Papel al Cubo para transitar el pliego como relato topográfico, donde la materialidad  abandona su sino de soporte para convertirse en imagen. Es la obra de Laura Dalton, quien lo objeta, lo interpela, tensa e investiga sus reacciones para redibujarlo y redescubrir su fortuna expandida.  Mónica Fierro, la artista que hace un culto del libro como objeto para tratarlo como sujeto, cargado de emotividad y valor expresado en su desarrollo espacial hoja por hoja así como el compás de un vals donde el punto, la perforación y la acumulación desde lo mínimo vibra como potencia simbólica.

En papel al cubo los artistas nos entrelazan por universos, historias que navegamos desde la cercanía, nos  detenemos en el detalle, en la  observación de la intensidad que exhala el pormenor. Ahí podemos imaginar, gracias a las pistas que nos brindan, el cosmos propio de cada uno trabajando sendos  imaginarios en sus mesas, en sus espacios, allí tienen el don de traducir en imagen el elixir de sus espíritus.

Paula Bladimirsquy - noviembre 2020

Texto para la exposición "Papel al cubo". Laura Dalton - Mónica Fierro - Sergio Artola
Mundo Nuevo Gallery Art

Comienzo a trabajar partiendo de un atractivo que voy develando en su deconstrucción. La línea como movimiento. Descubriendo su intimidad, secretos, posibilidades; hasta llegar incluso a un desarrollo voluptuoso. Me interesa la transformación. Mi trabajo transita entre la abstracción y la figuración, del trazo gráfico a la línea en el espacio, donde esta aparente situación de contrapunto me impulsa a elaborar en permanente diálogo con esos sistemas. La imagen resultante se apropia de los lenguajes para generar una danza conjunta desde su alteridad y conjunción. Pienso los límites más como membranas permeables para un diálogo que objete a cada uno como sistema cerrado y me lleve como resultante a una representación abierta y conjunta, mixta, de intersección, generando el clima ensoñador que queda para expresar sensaciones más que un discurso cerrado. Mi trabajo devela la fuerza del cambio, la transición de estados, la pregunta, el cuestionamiento al límite, el erotismo de las formas conectando estos ingredientes para generar un vínculo, una nueva vuelta a esas condiciones que de todas maneras me vuelven a interpelar mostrando un misterio.
Paula Bladimirsquy - noviembre 2019

Es sabido que tenía preferencia por el pasamano y las hamacas. O lo sabía yo, y el mundo

seguía siendo todo el resto.

Siempre iba a la plaza que quedaba a pocas cuadras de mi casa cuando era una nena.

En ambos intentaba mejorar mi destreza en un loop de ¡pude! y fracasos. No tenía mucha fuerza de brazos, cosa que perduró a  lo largo de mi vida, lo comprobé también cuando hacía acrobacia de piso para mi entrenamiento actoral; sin embargo esa sensación de transitar el espacio… el aire sostenido y acariciado por mis manos, es algo que tocó mi alma y enamoró mi espíritu. Lo que más me gustaba era engancharme con las piernas arriba y soltar los brazos. Había que hacerse un bollito (en esa época podía) y trabar con cierta fuerza las piernas enganchadas en los hierros paralelos para descargar el peso del cuerpo.

Entonces sí, balanceo.                                                                                        el cuerpo en el aire.

fuerte arriba, 

                      suelta abajo.

Es una gracia conocida, la hice incluso cuando tuve a mis hijos y los sostenía como una hamaca viviente en mis brazos que colgaban. Los  sujetaba desde su pancita y los hamacaba de esa manera. Los mecía, uno de los hermosos recuerdos de nuestros juegos juntos.


 

Cómo serán algunas vivencias que se nos quedan impregnadas con alegría toda la vida. Esa necesidad de visitarlas para volver a palpitar aquel mundo primario. En mi caso fue muy hermoso con momentos solitarios que marcaron un estilo en mí al respecto
 

uno se hamaca generalmente solo.
 

Envión para atrás y adelante con las piernas rectas y empujarse con ese quiebre de cintura. También estaba la otra técnica de enroscar y desenroscarse; cuando ya estaba cerca de tu cabeza la gran torsión de eslabones, levantabas los pies a la vez que cerrabas los ojos y apretabas los puños fuerte y empezaba ese tirabuzón a desandarse, de repente el freno látigo y giro al otro lado cuando se había desenredado y de repente pasa otra vez torsión inversa hasta que iba aminorando de a poquito para colocase otra vez de frente,
 

en su lugar de origen.
 

lugar de origen
 

       Otra de las grandes pruebas era el      salto    hacia adelante y caer habiendo transitado una               curva mágica                   hasta el piso terroso de la plaza.

Es una de las primeras veces en mi vida en que me sentí paradójicamente sujeta de mis manos para volar.

Otra de esas, la estás viendo.
 

Quizás por esa posibilidad que tengo de conectarme con los espacios del amor, es que pude reencontrarme con los columpios, recogidos de mi retina cronológica en una obra que emergió se han cruzado creando una morfología reunida en el dibujo, mi necesidad de investigar y transitar el espacio, el movimiento, el homenaje, el objeto lúdico y finalmente, la libertad.
 

la libertad
 

Paula Bladimirsquy
2020

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vinilos-pagina-del-cuaderno-de-la-escuel

Voy a buscarte al infinito

Como el paso del andante 

De cada uno, una puntada

Si tuviera que elegir, seguiría.

Allá van las otras danzas 

Todas tus bellezas son los jirones , las vueltas valientes , pivots caprichosos y volutas que das.

Irreverente

Propia

Digna 

Certera

Infantil

Suave 

Vulnerable

Mirar, sí, sabés mirar. Pero pude entender que tu horizonte no se arma de estrellas.

Es la propia trama de la cosa.

Es la cosa

Lo mínimo 

El punto

Lo uno

IT

Vas a dejar todo para seguir

Vas a seguir así,  dejando cada cosa para seguir así. 

Cada torsión es una pregunta y un decir, ¿podría una declaración verbal representarte?

No es en sí 

Es la palabra hecha su letra 

La letra 

La belleza de la letra

La escritura 

Su hecho

Su trazo.


 

Vas a ver que vuelve 

Como las migraciones que van de polo a polo pero no lo saben

Sólo lo hacen

Vas a ver que vuelve porque así es el capricho natural

 

Con todo su manto rosa y tierra

Como una reina ,como un amor, el amor.

 

No hay fuerza más  grande que el deseo

Incluso, más que el viento de primavera.


 

Dijeron tantas cosas de vos, pero yo te descubrí en la presencia.

Dijeron tantas cosas de mí, pero vos, me abriste tu materia.

Si fuera un ave y si fuera una niña salticaría montando mil veces la alegría.

Aunque parezca que la marea baja en el atardecer, es sólo una cuestión de contracción; me lo contó un pajarito, ése que piensa que va por todos lados llevando el aire entre sus alas.

Dejalo ir.

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