Tomar el colegio transitado como escenario basal de la obra que, sin lugar a dudas fue concebida durante años y realizada recientemente, resulta ser el marco ideal y natural de Qualitas que presenta a Florencia Tirigall Pinto, ex-alumna de la casa, en su actualidad artística.
Revisitar, tomar nota vivencial como un barrido histórico, girar la cabeza y mirar hacia atrás en perspectiva, dando cuenta del llamado a la reflexión fueron las acciones que hoy se convierten en una expresión visual utilizando el collage como lenguaje. Disciplina que la artista elige asertivamente pues le permite articular, ensamblar, contraponer y encontrarse con elementos obtenidos de la recolección de documentos históricos personales e insumos de especie. Reencontrarse con reglas, hojas de cuadernos envejecidas, ojalillos , lápices y tanto más traen las emociones a su mesa de trabajo. Aparece la voz de cada material que ha seleccionado. Ellos hablan pero activan en potencia entretejidos como conjunto que invita al replanteo acerca de la problemática del sistema educativo haciendo un puente entre la actualidad y los años 70 y 80.
Los temas que Florencia observa son las costumbres y métodos de organización emergentes de las dinámicas sociales dentro del ámbito escolar. Ella restituye al público una nueva mirada, llena de preguntas que la motorizan en esta etapa de su obra. Podemos imaginarla mientras desarma, troza, pliega y pega como si esas gestos desarticulantes entre sus delicados modos fueran la voz que llama a repensar una actualidad en flujo constante.
La obra de Florencia pide diálogo, vínculo visual.
Como artista contemporánea recurre a criterios sociales.
Ella piensa también, en el futuro.